¿Es verdad que se cae más el pelo en otoño?
Sí, es cierto. Muchas personas asocian la llegada del otoño con una mayor caída del cabello. Aunque esto es algo totalmente normal, para muchos la caída otoñal puede convertirse en una auténtica pesadilla. Al fin y al cabo, a nadie le gusta ver el peine o el lavabo lleno de pelos. Sin embargo, no es necesario alarmarse y preocuparse innecesariamente. Tal y como señalan la mayor parte de los dermatólogos y clínicas, es normal perder entre 50 y cabellos al día.
¿Debería preocuparme?
La caída del pelo en otoño es algo natural y, en principio, no deberíamos preocuparnos. En otoño, al igual que en primavera, esta cifra puede llegar a superar los 200 cabellos al día. Esto es algo temporal y reversible en la mayoría de ocasiones. Al mismo tiempo que el pelo cae, otros pelos están en fase de crecimiento y en poco tiempo, la caída debería remitir y los nuevos cabellos repondrán y repoblarán esas zonas en las que observamos mayor caída.
Aún así, si observamos que pasados unos meses seguimos con una menor densidad o la caída no se ha estabilizado, lo más adecuado es acudir a un dermatólogo o, mejor aún, a un tricólogo, que es el especialista en el diagnóstico y tratamiento de todas las patologías que afectan al cuero cabelludo y al cabello para que pueda valorar la caída y determinar si existe algún tipo de alopecia.
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¿Por qué se cae más en otoño?
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Como parte del proceso de renovación natural del cabello.
Tal y como señala el doctor Sergio Vañó, coordinador del Grupo de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología, la pérdida o caída del pelo en otoño es un proceso totalmente normal conocido como “efluvio telógeno”. Esto se debe, principalmente, a los ciclos de vida de los folículos pilosos, el lugar de donde nace el cabello.
Claudia Bernárdez, dermatóloga de la unidad de tricología del Grupo Pedro Jaén lo explica de una manera muy sencilla “El cabello tiene fases de caída (telógenas) y otras de crecimiento (anágenas) para volver a empezar. Cuando el folículo se ve agredido pasa a fase de caída para protegerse y forma un nuevo pelo cuando pase el peligro”. De este modo, cabe indicar que los equinoccios (primavera y otoño) son fases telógenas, mientras que la fase anágena tiene lugar en los solsticios (verano y en invierno).
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Otros factores que pueden acelerar más la caída.
Debilitamiento del cabello
Durante el verano, el pelo puede llegar a sufrir bastante. Esto se debe a diversos factores externos como el exceso de sol, el uso de peinados (moños, coletas, trenzas…) que someten el cabello a una mayor tracción o la agresión del cloro de las piscinas o la sal del mar. Todo ello, propicia que el cabello se muestre más débil y frágil de lo normal. Por lo tanto, si no hidratamos y nutrimos correctamente nuestro cabello, puede provocar su caída.
Estrés
Otro factor que puede influir es el estrés. El otoño coincide, en muchos casos, con el fin de las vacaciones y la vuelta a la rutina… La vuelta al cole, el reincorporarse al puesto de trabajo, a los estudios, son algunos de los ejemplos que, con sólo nombrarlos, pueden generar agobio y ansiedad para muchas personas.
Coronavirus
Excepcionalmente, no nos podemos olvidar del coronavirus. Varios estudios e investigaciones han demostrado una mayor caída del cabello en personas que han pasado esta enfermedad. En algunos casos, la caída del cabello se ha manifestado de forma inmediata, pero en otros casos ha ocurrido 2 o 3 meses después de haber pasado la enfermedad.
Como vemos, existen causas externas al proceso de renovación habitual del cabello que pueden provocar que la caída sea aún mayor y que notemos una menor densidad en nuestra cabellera.
¿Qué puedo hacer para minimizar la pérdida?
Como hemos comentado, uno de los factores que pueden hacer perder más cabello de lo habitual durante el otoño, es el debilitamiento del cabello. Por lo tanto, siempre es interesante, reforzar y fortalecer el cabello. Al mismo tiempo, sabemos lo importante que es una correcta nutrición y una buena microcirculación en el cuero cabelludo, para que el riego sanguíneo y los nutrientes puedan llegar hasta los folículos pilosos.
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